domingo, 9 de noviembre de 2008

¿Qué está pasando en Colombia?

¿Qué está pasando en Colombia?

Diversas organizaciones a nivel nacional e internacional denuncian al gobierno colombiano como gran infractor de los derechos humanos. La Casa de Nariño rechaza enfáticamente tales acusaciones y señala los casos presentados como hechos aislados. A continuación presentamos un resumen informativo de los principales momentos de esta tensión entre ambas posiciones.

Lluvia de acusaciones contra la Casa de Nariño



El gobierno y las protestas indígenas

Indígenas colombianos mantienen protestas con apoyo de FARC según gobierno
El gobierno colombiano denunció este viernes que la guerrilla de las FARC está por detrás de la protesta de indígenas en el suroeste del país, que ha derivado en violentos enfrentamientos con la policía con saldo de un indígena muerto y un centenar de heridos.

Según el director de la policía nacional, general Oscar Naranjo, es el frente sexto de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), está invitando, concertando y estimulando los hechos de violencia por parte de los indígenas", aseguró en una conferencia de prensa.

Los aborígenes colombianos iniciaron desde el pasado viernes en todo el país una Minga de Resistencia Indígena, para que el gobierno cumpla con la entrega de tierras pactadas en los últimos 15 años y respete la autonomía de las autoridades aborígenes consagrada en la Constitución.

Las protestas más fuertes se han registrado en el departamento (provincia) del Cauca (suroeste), donde desde el miércoles cientos de indígenas bloquean en forma intermitente la importante carretera Panamericana, paso obligado para la exportación de productos hacia Ecuador.

Esa vía ha sido el escenario de violentos enfrentamientos entre los indígenas y la policía antimotines, que según Aída Qilcué, consejera mayor del Consejo Regional Indígena del Cauca, dejan un aborigen muerto y cerca de otro centenar de heridos.

Por su parte, según el general Naranjo, de 750 policías antimotines enviados para desbloquear la carretera, 19 han resultado heridos, y diez de gravedad por esquilas de granadas artesanales o por armas cortopunzantes y contundentes, y uno perdió sus manos por un explosivo que encontró entre los manifestantes.

Según el comandante policial sus hombres no han actuado con "armas letales".

Sin embargo, Qilcué aseguró en declaraciones telefónicas a la AFP desde el lugar, que han sido los uniformados los que han actuado violentamente y disparado contra los indígenas.

La Organización Nacional Indígena de Colombia (ONIC), informó en Bogotá que en los enfrentamientos con la policía de este viernes otros nueve indígenas resultaron heridos, siete de ellos de bala.

Quilcué, negó la infiltración de la guerrilla y aseguró que "nuestra protesta es de resistencia civil y nos matan porque protestamos".

Luis Evelis Andrade, presidente de la ONIC, el miércoles rechazó la eventual infiltración de las FARC en la protesta en el Cauca, como lo denunció el martes el general Orlando Páez, director de seguridad ciudadana de la Policía.

"Si hay algún infiltrado, desde la ONIC y desde la presidencia de la Organización lo rechazamos. No queremos que se aproveche de nuestra protesta ni la guerrilla, ni el Ejército ni la Policía", dijo a la AFP.

En Bogotá este viernes se registró una pequeña marcha de indígenas por el centro de la ciudad para respaldar a sus "hermanos de la madre tierra".

El ex senador indígena Gerardo Jumi Tapias, quien participó de la marcha, negó la infiltración de las FARC y dijo a la AFP que "esa respuesta del gobierno es una costumbre ya vieja y perversa de (el presidente) Álvaro Uribe".

Por el contrario, recordó el caso de un militar de origen indígena que según los manifestantes fue infiltrado y descubierto por sus hermanos, quienes lo castigaron con azotes y luego lo entregaron a las autoridades civiles locales.


Declaran culpables de tortura a siete militares en el noroeste de Colombia

Siete militares colombianos fueron declarados este martes culpables del delito de tortura contra tres detenidos, informó el juzgado quinto penal especializado de la ciudad de Medellín (400 Km al noroeste de Bogotá).

Entre los militares condenados se encuentran un oficial, un suboficial y cinco soldados que pertenecían a la cuarta brigada del ejército con sede en Medellín.

El juez precisará en los próximos días las penas a que serán condenados los uniformados.

De acuerdo con la sentencia, el 10 de diciembre de 2006 los militares detuvieron a tres jóvenes a quienes se sindicaba de presunto abuso sexual a una joven residente en un suburbio de Medellín.

Los retenidos denunciaron posteriormente ante la Fiscalía que fueron golpeados en el abdomen, la espalda y las piernas por los militares, lo que fue corroborado por el Instituto de Medicina Legal que les expidió una incapacidad de 20 días.

El juez, sin embargo, absolvió a los militares por los cargos de violación de habitación ajena y privación ilegal de la libertad. Igualmente declaró inocentes del cargo de tortura a otros cinco uniformados.


Colombianos reclaman en París que exilio sea calificado crimen contra DDHH
El reconocimiento por parte del Estado colombiano de que "el exilio político constituye una crimen de lesa humanidad", exigieron los integrantes de una reunión organizada en París por el Movimiento nacional de víctimas de crímenes de Estado de Colombia (MOVICE) que culminó este sábado.

En el documento redactado al término de la reunión, que se celebró bajo el nombre de "Audiencia ciudadana internacional", se enumera como antecedentes que justifican tal calificación la ruptura de los proyectos de vida social, político, familiar y la pérdida de identidad, con todos los traumas que ésto implica.

En la mayoría de los casos, los exiliados han sido víctima de otros crímenes de lesa humanidad, como detención arbitraria, tortura, atentados contra la vida, destacó el documento.

Iván Cepeda, portavoz y director del MOVICE explicó que el objetivo del movimiento es abrir "nuevas vías" para aplicar justicia y obtener reparación para las víctimas de crímenes del Estado y de organismos vinculados a éste.

Cepeda incluyó la acción del MOVICE dentro de las múltiples alternativas de la sociedad civil frente a la ley llamada de Justicia y Paz elaborada por el actual gobierno colombiano y que, según dijo, "permite sobre todo que los criminales se justifiquen y obtengan a término la impunidad".

El documento también denunció lo que calificó como acción "de criminalización" ejercida por el gobierno colombiano a través del servicio diplomático, en contra de sus opositores en el extranjero y contra los defensores de los Derechos Humanos, acusados de colaborar con la guerrilla.

Iván Cepeda indicó que según los testimonios de la audiencia el servicio diplomático colombiano "se ha convertido en un aparato de propaganda y muchas veces de inteligencia que opera contra las personas que debieron salir perseguidas de Colombia".

Por su parte, Sophie Thonon, presidenta de la organización de defensa de los Derechos Humanos France-Amerique Latine, destacó los obstáculo legales crecientes que deben enfrentar los exiliados colombianos para obtener el estatuto de refugiados políticos.

A diferencia de otros exilios latinoamericanos, provocados por regímenes considerados internacionalmente como dictaduras, en el caso colombiano, el gobierno actual es reconocido formalmente como democrático, explicó.

Las actividades de esta audiencia ciudadana internacional culminaron con una manifestación de homenaje a las víctimas de los crimenes de Estado en Colombia, efectuada en Nanterre, comuna vecina a París.

lunes, 27 de octubre de 2008

EXTRAÑA ACTITUD DEL PRESIDENTE URIBE Y SU MINISTRO VALENCIA COSSIO EN LA MINGA...

El presidente Uribe no asistió al debate como se había previsto, sin embargo mantuvo constantes pronunciamientos con los medios de comunicación, envió propuestas a través del gobernador del Valle y ofreció reunirse, en el marco de un consejo comunitario, solo con una delegación de la Minga de Resistencia Social y comunitaria que llegó al CAM a las 11 de la mañana, despues de una caminata por las principales vías de la ciudad de Cali

HECHOS:

Más de 45 mil personas, mujeres y hombres, indigenas campesinos y trabajadores, entre ellos los corteros de la caña de azucar, caminaron organizadamente la distancia que separa la Universidad del Valle con el Centro Administrativo CAM, protegidos por la Guardia Indigena cargando feretros en homenaje a los compañeros asesinados por la fuerza pública y acompañados de ochenta víctimas de los 122 heridos que dejaron los ataques del escuadron movil anti disturbios, ESMAD y miembros del Ejercito Nacional contra la Minga de Resistencia Social y Comunitaria que adelantan las comunidades indigenas y vastos sectores sociales del Cauca y el país desde el 12 de Octubre de 2008.

Como los manifestantes no aceptaron la propuesta de reunirse en el marco de un consejo comunitario, se definió esperar al presidente hasta la una de la tarde momento en que se daría inicio al debate con las autoridades indigenas y los garentes de la comunidad nacional e internacional que tomaron aciento dejando libre la silla del presidente.

Por varios comentarios se supo que el presidente no llegaba al CAM por problemas de seguridad proponiendo reunirse con un número limitado de personas, en la sede del canal de televisión regional o en las instalaciones del Concejo Municipal, con emisión directa por el canal institucional, lo cual no fue aceptado por la Minga, exigiendo su presencia en el Lugar.

Presentadas las razones de la Minga por el Moderador del Debate, y la Consejera Mayor CRIC, la comisión de garantes expresó que dada la ausencia presidencial ellos recibirían las propuestas y solo podrían asumir un papel de testigos y facilitadores del proceso, pues aún no se observaba compromiso gubernamental.

A las cinco de la tarde, confirmando que el presidente no asistiría al debate público, se dio por culminado el evento que bajo la dirección de la guardia Indígena emprendió, de forma ordenada, el regreso a la sede de la Universidad del Valle. Unos minutos después, individuos de civil con teléfonos móviles y armados intentaron subirse a la tarima que se estaba desocupando, siendo impedidos por algunos guardias, curiosos y un nudo de periodistas que aún permanecían en el lugar. En medio de la sorpresa y el forcejeo se identificó que era el ministro del Interior y de Justicia, Fabio Valencia Cossio, quien se retiró internándose en los alrededores del edificio del CAM.

Sorpresa e indignación sintieron los manifestantes al llegar a la sede universitaria y enterarse que el presidente Uribe, intento también, a la fuerza, ingresar al lugar y como cualquier desempleado arengó en contra de los indígenas en un improvisado Consejo callejero en el Puente Peatonal que sirve para ingresar al centro administrativo.

Con las manifestaciones de los funcionarios institucionales se observa una actitud perversa que pretende enlodar el buen nombre de la Minga, pues, al expresar la falta de seguridad para asistir está enviando a la opinión pública el mensaje de que allí está el terrorismo o la guerrilla; sin embargo parece que esta vez sucedió lo contrario: puso en duda la efectividad de la política de seguridad democrática, la cual al parecer no le brinda garantías ni siquiera al mismo presidente.

Para las autoridades tradicionales indígenas como para los voceros de las organizaciones sociales que avanzan en La Minga de Resistencia Social y Comunitaria, resultó extraña la actitud del señor Uribe y su ministro, pues teniendo, de forma permanente, contacto con el gobernador del Valle, quien fue vocero y facilitador entre el presidente y la Minga, decide, de forma abrupta, llegar al CAM cuando solo unos pocos permanecían en el lugar.

Este hecho anormal resultó similar al sucedido con los periodistas de RCN y Caracol quienes ingresaron a la sede de la Universidad del Valle en un helicóptero de la policía nacional pudiendo entrar por la puerta como lo estaba haciendo toda la prensa. Situación que forzó la actuación de la guardia indígena que los detuvo creyendo que eran militares vestidos de civil.

Reunidas las autoridades indígenas y los representantes de las organizaciones sociales, después de analizar los acontecimientos, resolvieron declararse en asamblea permanente y continuar en Minga de Resistencia Social y Comunitaria, afirmando que los puntos para el debate siguen vigentes, los cuales se consultarán con las organizaciones de la sociedad civil, hasta tanto el gobierno acepte el debate público en condiciones diferentes a los conocidos consejos comunitarios del presidente Uribe.

Dignidad ante todo, no aceptamos la mentira.



MINGA DE RESISTENCIA SOCIAL Y COMUNITARIA

domingo, 26 de octubre de 2008

Carta al Gran Jefe Blanco

Escribo esta carta por una manda de un chamán de La María, Antioquia. No tiene las manos manchadas de sangre. Es un chamán del Resguardo Marcelino Tascón, de Valparaíso. Me pidió que le escribiera esta carta porque él y los indios de su tierra conocieron a su padre, don Alberto Uribe. Ellos se acuerdan mucho de él, de todos sus hermanos. Me contó que él tenía por costumbre celebrarles la Primera Comunión en el convento de la Madre Laura, en Belencito. Su padre era para ellos como otro padre. Cuando los saludaba les decía: ¿Cómo están, mis hermanos? Ellos crecieron trabajando como peones en fincas ajenas. Usted sabe que ellos son hombres de paz. Saben a qué conduce el odio porque les ha tocado vivirlo.

El chamán me dijo que Colombia es un país que está en guerra hace años, y que hoy está en llamas. Me explicó que ellos han sido víctimas, como don Alberto y mucha gente más, de esta guerra. Que en 1986, cuando usted era parlamentario, los guerrilleros de las Farc fusilaron en una semana a más de 80 hermanos suyos en Murindó, por chismes inventados por un indio embera llamado Belisario. En esa época, a los embera del Bajo Atrato les tocaba pagar por cabeza 200 pesos por mes para que no los metieran en problemas, ni los mataran. Ellos juzgaron a Belisario con sus leyes y la condena fue dejarlo vivo, pero después de pedirles perdón.

Gran Jefe Blanco: las tierras de los embera y de casi todos los indios de Colombia fueron invadidas por nuestros abuelos, que huían de la pobreza. Luego, esas tierras fueron invadidas por guerrilleros, narcotraficantes, paramilitares, tropas de los batallones de la alta montaña. Todos ellos han abusado de los indios. Eso me dijo el jaibaná. A sus hijos se los han llevado a la fuerza los guerreros de todos los bandos. Por eso en el resguardo de La María, aprobaron hace años una ley que ellos han cumplido al pie de la letra: no meterse en las guerras de los blancos.

Señor Gran Jefe Blanco: el jaibaná me dijo que ni él ni su familia nacieron con tierra. Se las quitaron a sus abuelos, a sus padres. Él creció trabajando alquilado. Hasta que ya mayor le dieron un puesto en un trapiche a orillas del río Conde. Un blanco llamado Vicente heredó esas tierras. Un día resolvió devolvérselas. En esa época, ellos eran indios errantes. Se habían escondido en las selvas para que no los mataran en la violencia de los años cincuenta. Cuando Vicente les devolvió su tierra, ellos regresaron, aunque con temor. El Estado les legalizó la propiedad. Pero a su alrededor había una gran hacienda ganadera. El socio de su padre, don Edgar Jaramillo, dijo que no le gustaba esa vecindad. A partir de ese momento, la nueva tierra se volvió para ellos un infierno. El gobierno de Antioquia abrió una carretera, les puso electricidad, pero don Edgar se empeñó en que no quería indios de vecinos. Su padre le dijo: "Me hace el favor y les entrega esta tierra a ellos cuanto antes, porque yo sé que a mí me van a matar". Y lo mataron a los pocos meses unos guerrilleros de las Farc, en la hacienda Guacharacas, en el valle del río Nus. En cumplimiento de la voluntad de su padre, la nueva tierra les fue entregada a los embera. Hoy ellos no son unos indios desvalidos. Tienen casas, acueducto, alcantarillado, escuelas, energía eléctrica. Están exportando heliconias a los mercados del Oriente Medio.

El chamán me advirtió que usted tiene muy buena memoria. Que cuando hablaron en La Pintada, Antioquia, en su primera campaña electoral, en esa fiesta de coleo donde recogieron tanta plata, usted les prometió otras cosas. Que les cumplió lo de la tierra. Pero me dijo que usted no les cumplió otra promesa: la de no usar las armas contra sus hermanos. El viejo invocó el nombre de su padre y el de la Madre Laura, antes de despedirse. Me dijo que en el convento de ella hicieron la Primera Comunión casi todos los Uribe. Escribo esta carta porque así me la dictó el chamán. Me dijo que no sabía escribir. Que la escribiera yo por él.